Todos adentro nuestro tenemos ese deseo interno de rebelarnos, de oponernos al status quo. Todo humano fantaseó y guionó en su cabeza una discusión con alguna figura de poder, ya sea alguno de nuestros padres, jefes, cualquier autoridad que se encuentre “por encima” nuestro.
Por supuesto que en dicha discusión terminamos ganadores, total, la guionamos nosotros pero, ¿por qué parece que todos compartimos el mismo deseo?
En realidad, la palabra deseo está equivocada, lo que tenemos es una necesidad. El humano, tarde o temprano en su vida, necesita rebelarse, es algo innato, algo biológico e inconsciente. Pero para esta preciosa parte de nuestro cerebro que toma el 95% de nuestras decisiones diarias, rebelarse puede no solo ser satisfecha a través nuestro, sino ver como otros se rebelan y luchan por nosotros.
Figuras como Robin Hood, empresas como Harley Davidson… nos dan exactamente lo que queremos. Satisfacen la necesidad por nosotros. Y esto es exactamente lo que hace Milei.
Quién no sintió rabia de saber como políticos se robaban semejantes sumas de dinero y parecían salir impunes. Cómo personas sin capacidades o skills apropiados se encontraban en cargos de alto nivel solo por tener contactos.
Pero como no todos podemos generar la revolución desde nuestra cama, existen algunos que van y pelean por nosotros. Javier viene a representar al ciudadano que está harto, que está cansado, que quiere romper con las estructuras de poder que hace tantos años vienen solamente beneficiando a algunos pocos.
El Rebelde es una figura arquetípica que busca romper con el statu quo y desafiar el orden establecido. Es una fuerza disruptiva que moviliza a quienes se sienten atrapados en una estructura que no les sirve o que los oprime.
Uno de los rasgos más evidentes de Milei es su postura abiertamente crítica hacia la clase política tradicional, a la que llama “la casta”. Al referirse así a los políticos establecidos, Milei crea una clara separación entre su figura y el resto del sistema.
Esto resuena fuertemente con aquellos que creen que el gobierno y los políticos han fallado en mejorar la vida de los ciudadanos.
Es su forma de decirle al resto “Yo no soy ellos”, aplicado a marcas personales podría ser una persona que vende un curso y quiere separarse de los “Vende humos”.
Los Rebeldes suelen tener un estilo de comunicación que rompe con lo políticamente correcto. Este estilo no solo llama la atención, sino que también le permite conectar de manera más visceral con su audiencia.
Desde su cabello desordenado hasta su manera de vestirse, Milei se presenta visualmente como alguien fuera de los moldes tradicionales. Esto es clave para el arquetipo del Rebelde, ya que su imagen visual refuerza la narrativa de que él no se ajusta a los estándares típicos y está dispuesto a romperlos.
Lo lindo del rebelde es que pueden polarizar a la sociedad: mientras algunos los ven como héroes, otros los perciben como amenazas. Pero hay una certeza, quienes vean el lado heróico del rebelde, serán los consumidores más fieles.
¿Será esta tu personalidad de marca? ¿Es acaso tu misión venir a romper estructuras con tu producto, servicio, curso o simplemente presencia?
Si creés que estás acá para desafiar las normas y crear un cambio real, vamos a descubrirlo juntos, pero solo hay una forma de averiguarlo: reservar reunión gratuita.